12/6/23

¿Es posible construir una teoría en una investigación doctoral?

 


Jacqueline Hurtado de Barrera

Para información más amplia sobre este tema, consultar Hurtado de Barrera (2012). Metodología de la investigación. Guía para una comprensión holística de la ciencia. Bogotá, Colombia. Ediciones Quirón-Sypal. Cap. 17 pp 489 a 538.

Mucho se ha enfatizado en que una investigación doctoral debe generar teoría, sin embargo, también es cierto que algunos evaluadores se sorprenden cuando escuchan decir al doctorando que va a crear una teoría o que va a generar un modelo teórico como resultado de su investigación. Esto parece una contradicción, por varias razones, primero, porque durante años, a lo largo del proceso educativo se le impide a los estudiantes plantear ideas propias, y en ninguno de sus niveles se les enseña cómo crear una teoría, segundo, porque entonces, al llegar al doctorado, mágicamente se les asigna la responsabilidad de crear teoría, pero en ninguno de los seminarios se les dice como,  y en tercer lugar, porque si alguien se atreve a intentarlo, entonces eso se convierte en un gesto de arrogancia, dado que “solo los genios crean teorías”.

Aunque algunos investigadores piensan que construir teoría en un trabajo doctoral es prácticamente imposible, o que es algo inalcanzable, debido a que asocian la construcción de teoría con genios y científicos con unas habilidades muy especiales, lo cierto es que es posible construir teoría como resultado de una investigación. 

El primer paso para lograrlo es desmitificar a los teóricos: quienes han desarrollado teorías no son extraterrestres, ni seres extraños, o iluminados con poderes especiales: son científicos como muchos de nosotros: Piaget creó su teoría a partir de la observación de sus tres hijos; Freud desarrolló su teoría en su trabajo como terapeuta, al hacer comparaciones entre los pacientes que iban a su consulta y al tratar de identificar aspectos comunes. Lo que sí tienen las personas que generan teoría es una enorme capacidad de observación y un pensamiento organizado; son minuciosos en sus registros y capaces de discriminar lo que es relevante de lo que no lo es, y además tienen una extraordinaria capacidad para establecer relaciones entre cosas que parecen no vincularse de formas evidentes.

El otro paso, para entender que es posible desarrollar teorías en el contexto de una investigación doctoral, es desmitificar el concepto de teoría. Una teoría es una explicación acerca de cómo y por qué ocurre algo. Hall y Lindsey (1979) señalan que una teoría es un supuesto no demostrado, y es en la investigación confirmatoria donde realmente se verifica si bajo ciertas circunstancias y con ciertos controles de variables extrañas, la teoría se cumple para un contexto particular. Por otra parte, las teorías no tienen que explicarlo absolutamente todo; pueden explicar ciertos aspectos de una situación o de un proceso.

Además, las teorías nunca son absolutamente universales; el grado de generalidad de las teorías es variable. Algunas teorías tienen un amplio rango de generalidad, pero otras están ligadas a contextos específicos. En el campo de las ciencias sociales es muy probable que una teoría que se cumple en un cierto contexto, no se cumpla en otro contexto con características diferentes.

El tercer mito a superar es que la construcción de teorías es un hecho aislado, ocasional y desvinculado de las actividades cotidianas de los investigadores. Si bien los positivistas, en su método no incluyeron los procesos para la construcción de teorías, sino sólo las etapas la verificación, los estructuralistas, en el contexto de la antropología y de las ciencias sociales sí incorporaron, como punto final de su proceso metodológico, la creación de una teoría. En la misma línea, Glasser y Strauss (1967) y, posteriormente, Strauss y Corbin (2002), cuando desarrollaron el método de la Teoría Fundamentada, también intentaron mostrar cómo construir teorías a partir de los hechos investigados. Igualmente, Martínez Miguélez (1995;1998;) en varios de sus textos, también describe los procesos para desarrollar teorías cuando se trabaja con datos cualitativos.

Ahora bien, la comprensión holística de la investigación ha generado pautas muy claras acerca de cómo construir teorías. De los 10 tipos de investigación descritos por la comprensión holística de la ciencia, el tipo de investigación cuyo objetivo general es desarrollar teorías, es la investigación explicativa. De hecho, una investigación explicativa es aquella que se ocupa de buscar las posibles causas de un evento, precisar cuáles de esas posibles causas pueden tener un mayor efecto en dicho evento, y desarrollar la teoría que explica la dinámica mediante la cual esas posibles causas se combinan para dar lugar al evento. Esto significa que en una investigación explicativa existen diferentes niveles: de identificación de ponderación y de modelo teórico. Aunque la definición anterior se centra en las relaciones causales para definir la explicación, es importante destacar que existen diferentes tipos de explicación en los cuales se pude basar una investigación explicativa (causal, estructural, sistémica, continente, cíclica...) (Hurtado de Barrera, 2012).

Desde el uso de herramientas cuantitativas, para construir el modelo teórico también existen herramientas estadísticas muy concretas que ayudan a explicar esa dinámica mediante la cual se relacionan los diferentes eventos de estudio. Los modelos de regresión, las regresiones logísticas, el Path Analysis -o análisis de rutas- (Hurtado de Barrera, 2012), el análisis estructural, entre otros son herramientas apropiadas para una investigación explicativa. Además, el software IBM-Spss, cuenta con este tipo de herramientas. Este software tiene dos módulos de análisis, el más conocido es SPSS Statistics, con el cual se pueden trabajar algunas de las técnicas mencionadas, pero el segundo módulo, denominado Modeler, está diseñado para plantear y probar modelos teóricos a partir de datos previamente recolectados.

Por otra parte, no se genera teoría únicamente en la investigación explicativa, sino que es posible hacerlo en cualquier tipo de investigación que requiera del paso por el estadio explicativo, como la investigación predictiva, la proyectiva, la interactiva, la confirmatoria (no vista desde el positivismo, sino desde la comprensión holística de la ciencia), y la evaluativa.

La generación de teorías es un proceso fundamental para cualquier área del conocimiento, y los investigadores deben prepararse ampliamente en el conocimiento de los procesos metodológicos que les permitan ir hasta donde se cree que sólo los genios pueden llegar, para dar aportes que permitan comprender mejor las problemáticas actuales y contribuir a resolverlas de manera efectiva.

Referencias

Glaser, Barney; Strauss, Anselm. 1967.  The Discovery of Grounded Theory. Strategies for Qualitative Research.  New York: Aldine de Gruyt

Hall, Calvin y Lindsey, Gardner. 1979.  La teoría de la personalidad. Buenos Aires, Argentina:  Paidós.

Hurtado de Barrera, Jacqueline. 2012. Metodología de la investigación. Guía para una comprensión holística de la ciencia. Bogotá, Colombia. Ediciones Quirón-Sypal.

Martinez Miguelez, Miguel. 1985. Nuevos métodos para la investigación del comportamiento humano. Caracas, Venezuela: Universidad Simón Bolívar. Departamento de Ciencia y Tecnología del Comportamiento.

Martínez Miguélez, Miguel. 1998. La investigación cualitativa etnográfica en educación. México: Trillas

Martínez Miguélez, Miguel. 2006. Ciencia y arte en la investigación cualitativa. México: Trillas

Strauss, Anselm y Corbin, Juliet. 2002. Bases de la investigación cualitativa. Medellín, Colombia: Facultad de Enfermería de la Universidad de Antioquia.

 

17/8/21

La validez por juicio de expertos en investigación

 

Jacqueline Hurtado de Barrera, 2021


La validez es la cualidad de un instrumento que permite afirmar que éste cumple al menos tres condiciones: que mide realmente el evento que pretende medir, que mide todos los aspectos que conforman el evento que se pretende medir, y que mide exclusivamente el evento que se desea medir, sin que se filtren características de otros eventos (Thorndike, 1980).

La validez se logra inicialmente en el proceso de construcción del instrumento, pero luego existen algunas técnicas para corroborar que se logró realmente un índice aceptable de validez, y que además proporciona información sobre algunos aspectos que habría que modificar en el instrumento en caso de que este índice no se logre. Para construir un instrumento válido es necesario comprender que cada atributo de la validez corresponde a un tipo particular de ésta y se logra mediante ciertos procedimientos: el hecho de que el instrumento mida el evento que se quiere medir corresponde a la validez de constructo y se intenta logra con la tabla de operacionalización; el medir todo lo que abarca el evento se refiere a la validez de contenido (Anastasi y Urbina,1998; Corbetta, 2007), y se trabaja a través de la tabla de especificaciones; y la cualidad de medir sólo lo que se pretende medir es la confiabilidad (Magnusson, 2005), y es una consecuencia de las dos anteriores, más el cuidado de excluir  cualquier indicio que pudiera pertenecer a otro evento diferente al que se desea estudiar.

Ahora bien, para calcular el índice de validez de un instrumento existen diferentes técnicas, y la mayoría de ellas son complementarias. La que vamos a abordar en este artículo es la técnica de validación por juicio de expertos, que es una de las más utilizadas, más eso no significa que sea suficiente para garantizar la validez de un instrumento. Esta técnica se puede utilizar para calcular un índice de validez de constructo, y también para la validez de contenido. En este caso la explicación se centrará en la validez de constructo.

Para comprender la lógica de la validación por juicio de expertos es importante entender en qué se basa la validez de constructo. La validez de constructo se va configurando en el proceso de elaboración del instrumento, cuando se crea la tabla de operacionalización, en la medida que se identifican sinergias e indicios pertinentes al concepto del evento. Si este proceso no se cumple adecuadamente, cualquier técnica de validación que se aplique arrojará que el instrumento no es válido.

Un constructo es un concepto. Por lo tanto, la validez de constructo parte del principio de que el investigador, cuando formula su pregunta de investigación escoge los eventos que pretende estudiar, y durante la elaboración de su fundamentación teórica precisa cómo los va a definir. Estos conceptos, que en realidad son abstracciones del investigador o de un grupo de teóricos, se denominan constructos (Nunnally, 1987). Un instrumento tiene validez de constructo cuando sus ítems están en correspondencia con las sinergias -o dimensiones- y con los indicios que se derivan del concepto del evento que se va a medir.

La validación por juicio de expertos es una técnica basada en la correspondencia teórica entre los ítems del instrumento y el concepto del evento, y busca corroborar si existe consenso, o por lo menos un porcentaje aceptable de acuerdo, entre el investigador y los expertos, con respecto a la pertenencia de cada ítem a las respectivas sinergias del evento; por eso no requiere de aplicación a una muestra piloto.

Esta técnica sólo indica si la selección de los ítems que hizo el investigador para cada sinergia, concuerda con el criterio de los expertos, pero no garantiza que, en la realidad, al ser aplicado a la muestra, el instrumento funcione adecuadamente. Por esa razón, la validez por juicio de expertos es sólo una prueba preliminar que indica si es necesario eliminar, reformular o reubicar algunos ítems para mejorar el instrumento, y además aporta un primer índice de validez teórica, pero debe ser complementada con otros procedimientos de validez empírica, que requieren de una prueba piloto, pero muestran si, en el campo, el instrumento realmente está midiendo lo que se pretende medir.

Para hacer la validación por juicio de expertos es necesario que el investigador haya precisado cuáles indicios son manifestación de cada sinergia o dimensión del evento y cuáles ítems corresponden a cada indicio (tabla de operacionalización).

Luego se requiere seleccionar a los jueces que van a validar el instrumento: Los jueces deben ser expertos conocedores del tema y del evento a estudiar. No es necesario que sean metodólogos, investigadores, ni expertos en redacción. Debe seleccionarse un número impar de jueces. Lo conveniente es entre tres y cinco, según sea el nivel de exigencia del investigador. Aunque en algunos contextos se sugiere 10 expertos, si realmente son expertos no se requiere más de tres, porque no es un tema de votaciones con base en una preferencia, sino de conocimiento del evento.

El tercer paso es elaborar el paquete de validación que se le va a entregar al experto, que consta de una carta explicativa donde se solicita su apoyo para la validación, copia del instrumento a validar y constancia de validación que debe firmar. La carta dirigida al experto debe contener:

-    Información básica sobre la investigación a realizar.

-    El evento que se pretende estudiar con su definición.

-    Las sinergias que conforman el evento con su respectiva definición.

-    Las instrucciones acerca de cómo el experto va a asignar cada ítem a cada sinergia.

Es muy importante que las definiciones colocadas en la carta, tanto del evento como de sus sinergias, sean claras y precisas. Además, no se le deben entregar al experto los objetivos de la investigación porque no se requieren y pueden generar confusión, porque los objetivos pueden contener otros eventos de estudio diferentes a los del instrumento que se está validando, pero que también forman parte de la investigación. Tampoco se le debe entregar al experto la tabla de operacionalización, porque ya se le estarían dando las opciones que se supone él debe identificar por su cuenta. La idea es que el experto, sin ver la tabla pueda identificar a cuál sinergia pertenece cada ítem.

La carta va acompañada, además, con una copia de los ítems del instrumento, en la cual las alternativas a seleccionar son cada una de las sinergias del evento. El trabajo del juez consiste en marcar con una X la sinergia a la cual considera que pertenece cada ítem. Por último, la carta debe ir también con una constancia de validación que el experto debe llenar con sus datos personales y profesionales, su apreciación general acerca de aspectos formales como la redacción, la coherencia, la claridad..., y su firma.

Se debe entregar a cada experto validador el kit de documentos (carta, instrumento, constancia), y acordar un tiempo prudencial para que los expertos realicen la validación. Es fundamental que los expertos no comenten entre ellos ningún aspecto relacionado con el instrumento, ni con la validación, mientras dure el proceso.

Una vez recogidos los paquetes de validación, el investigador debe registrar las respuestas de los expertos en una tabla de acuerdos y desacuerdos: En esta tabla debe haber una columna para colocar las respuestas de cada experto, pero además debe haber una columna adicional en la que se coloca la sinergia que el investigador asignó originalmente al ítem. Esto permite visualizar los acuerdos y desacuerdos entre los expertos, pero también si sus apreciaciones coinciden o no con las del investigador. En este caso, lo más importante no es que los expertos estén de acuerdo entre ellos, sino que la mayoría de los expertos esté de acuerdo con el investigador en cuanto a la sinergia a la que pertenece cada ítem.

Luego de vaciar las respuestas en la tabla de acuerdos, es necesario examinar los acuerdos y desacuerdos para introducir modificaciones al instrumento. Algunas situaciones relacionadas con las respuestas de los jueces, que se pueden presentar, son las siguientes:

-  Que los tres expertos coincidan en la sinergia a la cual pertenece el ítem, y además coincidan con la apreciación del investigador. En este caso se considera que el ítem está bien formulado y se registra como un acuerdo en la columna respectiva.

- Que la mayoría de los expertos coincidan entre sí y además coincidan con el investigador. En este caso, se considera que se trata de un acuerdo. Especialmente hay que prestar atención a si el experto que está en desacuerdo es siempre el mismo, pues podría ocurrir que esa persona no comprendió bien las instrucciones o no está familiarizada con los conceptos. Por esa razón es muy importante que los jueces sean muy conocedores del evento y de la temática.

-   Que la mayoría de los expertos, o todos, coincidan entre sí, pero estén en desacuerdo con el investigador. En este caso puede ocurrir que la pregunta fue formulada de tal manera que genera confusión en cuanto a la sinergia a la que pertenece, o que realmente ese ítem no pertenece a la sinergia que el investigador le asignó. Entonces hay que revisar con cuidado el ítem. Si se trata de la primera situación, se reformula para que se perciba con claridad el concepto que está midiendo. Si se trata del segundo caso, se reubica el ítem en la sinergia que marcaron los expertos.

-    Que todos los expertos asignen sinergias distintas, o que manifiesten abiertamente que no saben en cuál sinergia ubicar el ítem, o que indiquen que el ítem podría pertenecer a más de una sinergia. En ese caso es probable que el ítem realmente no esté midiendo el evento de estudio, es decir, que exprese un evento diferente, o también, que pertenezca a una nueva sinergia que el investigador no había detectado. Si esto ocurre, hay que revisar el ítem con mucho cuidado, revisar también los conceptos de las sinergias y el concepto del evento, indagar acerca de otras teorías y evaluar si se debe eliminar el ítem, o si se justifica crear una nueva sinergia, en cuyo caso habría que definirla, desarrollarla conceptualmente en la fundamentación, detectar sus indicios y formular ítems adicionales que sean parte de ella.

El último paso consiste en calcular el índice de validez: par ello se cuentan los acuerdos y se divide ese valor por el total de ítems. El índice obtenido debe ser superior a 0,75 -o por mucho 0,70-, en el caso de instrumentos que miden eventos de las ciencias sociales. Cuando se trata de eventos de la física, la biología o las ciencias naturales en general, el criterio debe ser mucho más estricto (0,99). Si el índice es aceptable, se hacen las modificaciones sencillas que el instrumento amerite y se pasa a las siguientes etapas de la validación (arreglos de redacción, presentación, orden en las preguntas, eliminación de ítems…). Si el índice está por debajo de lo aceptable, seguramente el instrumento requiere cambios más profundos, así que se pueden eliminar los ítems no pertinentes, se reubican los que haya que reubicar, se formulan nuevos ítems o se crea una nueva sinergia, si es necesario, y, una vez hecho todo esto, se hace una nueva validación de expertos, pero con otras personas diferentes a las que hicieron la primera validación.

Infograma 1. Ejemplo de tabla de acuerdos y cálculo de la validez por juicio de expertos

 

En el infograma 1 se puede ver que, si se elimina el ítem 3, el cual parece tener poca claridad en relación a lo que mide, el índice de la validez por expertos aumenta a 0,85. Si se tiene un número considerable de ítems, el hecho de eliminar uno o dos de ellos, que no estén en concordancia con el evento, no afecta la obtención de información, pero, si el instrumento tiene pocos ítems, es recomendable reemplazar los que se eliminen.

Es importante recalcar que la validación por expertos sólo proporciona una idea del acuerdo entre investigadores, con respecto a los indicios de un evento, más no permite detectar cómo funciona el instrumento en la realidad, puesto que no requiere la aplicación del mismo. Sin embargo, permite identificar aquellos ítems que no se corresponden con el concepto del evento, y, en consecuencia, tampoco con las sinergias, de tal manera que el investigador puede mejorar considerablemente el instrumento. Es recomendable aplicar esta técnica como una primera estimación de la validez, y hacer los cambios necesaris antes de realizar cualquier prueba piloto.


Referencias

Anastasi, A y Urbina, S. 1998. Test Psicológicos. México: Prentice Hall

Corbetta, P. 2007. Metodología y técnicas de investigación social. México: McGraw Hill.

Magnusson, D. 2005.. Teoría de los tests. México: Trillas

Nunnally, J. 1987. Teoría Psicométrica. México: Trillas


19/1/21

Crear una disciplina de trabajo para investigar

                                                                                           Jacqueline Hurtado de Barrera


Una de las razones por las cuales algunos investigadores no logran culminar su trabajo de investigación es porque no crean una disciplina de trabajo. Comúnmente se piensa que los investigadores son personas que no tienen otras ocupaciones más que investigar, y por eso algunas personas esperan hasta terminar su programa de formación para comenzar la investigación. Pero eso no funciona de esa manera.

Lo cierto es que los investigadores son personas con ocupaciones, familia, trabajo, y con los mismos problemas que tienen todos los demás. 

Esperar que haya un tiempo ideal para investigar es utópico. Por eso para involucrarse en un proceso de investigación es necesario crear una disciplina de trabajo, un tiempo específico para investigar qué forme parte de la rutina como el resto de las actividades personales y laborales. Si esto no se logra, la persona estará soltando y retomando cada etapa de la investigación de forma intermitente y no podrá culminarla, porque cada vez que se deja de investigar es más difícil volver a retomar el trabajo.

¿Cómo crear la rutina de trabajo para investigar? A través de la práctica repetitiva y habitual, hasta que sea parte natural del quehacer cotidiano: Algunas sugerencias para lograr esto son las siguientes:

  • Primero, identifica una hora en la cual sueles ser muy productivo. Para algunas personas son las mañanas para otras son las noches. Debes identificar el momento ideal para ti.
  • Segundo, acomoda tu horario para dejar por lo menos una hora diaria para tu investigación, en el horario que hayas identificado como productivo Esta es la parte más difícil porque todas las demás ocupaciones parecerán más importantes y urgentes, y siempre encontrarás una excusa para hacer otras cosas a la hora de investigar. 
  • Tercero, redistribuye los horarios de ciertas actividades, para dejar libre la hora de investigar.
  • Cuarto, delega algunas actividades que acostumbras realizar. Para esto último el apoyo de la familia o de las personas que conviven contigo es fundamental. 

Estas son acciones conscientes e intencionales. Si no se realizan, el tiempo para investigar no aparece solo. También es importante reorganizar las prioridades. Las personas tienen ciertas prioridades en ciertos momentos, pero la investigación debe ser prioridad en las horas que se le han asignado. De lo contrario se convertirá en una urgencia cuando el tiempo de entrega esté cerca, por lo cual generará estrés y traumatismos en la rutina del resto de las actividades.

Una vez que la rutina para investigar se instaura, todo se facilita y las actividades fluyen de forma natural. De esta manera, desarrollar la investigación será una tarea agradable y motivante.

¿Es posible construir una teoría en una investigación doctoral?

  Jacqueline Hurtado de Barrera Para información más amplia sobre este tema, consultar Hurtado de Barrera (2012). Metodología de la invest...

Popular